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Por: Angel Moreta
El sueño americano viene representado en estos tiempos por el señor Barack Obama, actual presidente de los EU. Indudablemente que durante la campaña despertó esperanzas en el corazón del pueblo americano, que siente un cambio espiritual para lograr el restablecimiento del ¨american dream¨.
Tantas promesas bondadosas entusiasmaron los ánimos más puros de los ciudadanos americanos. Promesas de ablandar y flexibilizar las ergástulas inhumanas de Guantánamo e Irak; de anular los procesos mostrencos judiciales contra ciudadanos iraquíes injustamente acusados, de atascar las agresiones israelíes contra el pueblo palestino; de ver bajo una nueva óptica mundial el problema del embargo criminal cincuentenario contra Cuba; de rescatar las relaciones y el corazón de América Latina. Muchas promesas de Obama se presentaban como sustancia narcótica en los cerebros y los ánimos del humilde y buen pueblo americano. Todavía hay que mantener esas esperanzas; no se puede ser pesimista; pero ahí está una primera medida a favor del aborto en los EU. Y sobre la hermana República de Cuba no se ha dicho nada; y sobre el embargo comercial cincuentenario, no se ha dicho ¨esta boca es mía¨. Y sobre el pueblo palestino, victima de las agresiones criminales de Israel, Obama no ha dicho ¨esta boca es mía¨. Y no se han desmentido la indiferencia y el acoso hacia la hermana República de Venezuela, y otros países de América del Sur. Continúan las posturas negativas sobre Irán, pero no sobre Israel. El panorama mundial continúa casi igual que en los tiempos del monstruoso Bush. La humanidad continúa esperando un cambio, pero todo está frío como un témpano de hielo. ¿Qué ocurrió, no hay planes de cambios fundamentales?… ¿Qué ocurrió, no hay cambios en el ambiente mundial?… Estamos esperando el aviso de los cambios que parecen un sueño, una fantasía, que alegra el corazón de la humanidad. Ya lo dijo el comandante Fidel Castro en uno de los últimos artículos sobre las esperanzas que trae Obama. No queremos ser negativos ni pesimistas, pero debemos tener los ojos abiertos. Bien abierto, pues Obama no es dueño de su propio destino, sino que es expresión del departamento de Estado y del Pentágono.
