Por: Angel Moreta
La fugaz visita del señor Brewster al gobierno dominicano de Danilo Medina, busca indudablemente unificar una agenda conjunta y común contra la República Bolivariana de Venezuela, en un futuro corto, a nivel de la OEA y otros organismos latinoamericanos, tal como ocurrió en Mercosur recientemente, que mediante una tramoya legalista sacaron al país bolivariano de esa organización comercial.
Se han producido cuatro batallas diplomáticas en la OEA, para conseguir ese objetivo. Tales movimientos resultaron perdidos en el seno de la OEA para el Secretario General de ese organismo, señor Luis Almagro, y para el Departamento de Estado de EEUU. Ambas instancias unificadas de manera cómplice no pudieron, en su febril e incansable ajetreo, y pese a todos los esfuerzos realizados para reunir una “coalición” contra Venezuela, fracasaron rotundamente en su objetivo de lograr una condenación política contra ese país mediante una alegada aplicación de la Carta de la OEA por supuestamente haber quebrado el gobierno de Venezuela los derechos humanos, la democracia y la libertad.
Los EEUU y sus delfines golpistas en América Latina, Colombia, Chile, Paraguay, Panamá, Perú y Argentina se frustraron en el organismo colectivo internacional de manera rotunda, en su afán de desprestigiar al gobierno de Maduro y crear las condiciones para su derrocamiento.
El imperio norteño envió a John Kerry a Haití a decirle al presidente de esa nación que debería comprometer su voto contra Venezuela en la reunión de Cancún, convocada expresamente por el señor Almagro para condenar a Venezuela, y en caso contrario les enviarían forzosamente 58 mil haitianos refugiados en EEUU, de regreso a Puerto Príncipe.
En cuanto a República Dominicana, la embajada de los EEUU, por medio de su agregado comercial, recientemente sustituido; y con la ayuda de los medios de comunicación nacionales, intentaron obtener una respuesta favorable del gobierno dominicano para condenar al gobierno venezolano en la reunión que celebraría la OEA en Cancún, México, a fines de julio del corriente año 2017.
El agregado comercial, en efecto, escribió artículos en periódicos nacionales, entre ellos Diario Libre, manifestando dulzonamente que EEUU, conjuntamente con los dominicanos, eran amigos del pueblo de Venezuela, entre otras cosas, porque ayudó mucho al pueblo dominicano en su lucha contra la dictadura (1930-1961), incluyendo la mención a las agresiones que ordenó el dictador contra el entonces presidente Rómulo Bethancourt.
Todo eso vino a colación en el frente diplomático, buscando la derrota de Venezuela en la OEA, con las diligencias y el descaro de un personaje uruguayo funesto comprometido con los intereses del Pentágono en América Latina. Todas esas gestiones fracasaron rotundamente por la ignorancia histórica que siempre ha tenido EEUU en el continente, que siempre ha desconocido las profundas raíces históricas que tienen nuestros pueblos en su lucha contra la dominación y la hegemonía política y militar de esa nación, que ha oprimido a nuestro países sin ningún miramiento ni respeto a la historia, mediante la más infame intervención extranjera.
República Dominicana agradece de manera estructural a Venezuela y creemos que el gobierno actual no se comprometerá con un compromiso mostrenco planificado en contra de ese país con la complicidad del señor Almagro, renegado de los verdaderos ideales democráticos.
Lo mismo se puede decir de la República de Haití, que ha mantenido una postura firme a favor de Venezuela, por agradecimiento con la presencia de Petrocaribe y por las razones históricas profundas que a principios del siglo XIX se entablaron entre los dos países.
Cuatro batallas diplomáticas perdidas en la OEA por EEUU, el señor Almagro y los delfines golpistas de América Latina, que siguen fielmente el dictado imperial y hasta la vida darían si fuere necesario por el imperio norteamericano y todos sus intereses económicos en el continente.
El hecho de que la diplomacia norteamericana no haya podido conseguir mayoría votante en la OEA contra el régimen bolivariano, indica la profunda crisis de supremacía que tiene esa potencia hegemónica en América Latina y el mundo.
Puede decirse que en los EEUU y en el mundo va en vías de extinción el mundo unipolar que la diplomacia norteamericana ha mantenido por más de cien años en el continente, proceso histórico que comenzó tan pronto fue derrotada la monarquía española en los años 1820, cuando surgió la famosa teoría de la supremacía continental llamada “Doctrina Monroe”, que veía a los Estados Unidos como el polo dominante favorecido por un destino manifiesto de origen divino, hoy en crisis tendente a su desaparición y a la creación de un mundo multipolar.
La visita que acaba de realizar a República Dominicana el señor James Brewster, comprometido con una agenda militante a favor de las llamadas comunidades LGBT, produciendo un discurso homosexual en las escuelas de nuestro país, particularmente entre los adolescentes del sexo masculino, tiene que ver necesariamente con Venezuela y la búsqueda de consenso para lograr un voto negativo en los próximos meses contra el gobierno venezolano y así lograr legitimidad para el derrocamiento de Nicolás Maduro.
Se trata de comprometer a República Dominicana y Haití, para un proyecto condenatorio en un futuro corto, en una próxima reunión de la OEA, y lograr un rechazo moral y político contra el país bolivariano, y abrir así la brecha de legitimación necesaria tendente a una intervención extranjera descarada, sin importar que podrá producirse una guerra civil de incalculables consecuencias para todos los países del continente.
La obsesión del Pentágono contra ese país no es nada nuevo; ahora que los hidrocarburos tienen fijada una fecha de defunción en muchos países, como Colombia y otros, y las reservas mundiales se hacen más escasas, al igual que los recursos naturales, principalmente el petróleo y otros minerales valiosos que tiene Venezuela en cantidades extraordinarias, se hace necesario para EEUU desarrollar una conspiración contra la estabilidad del gobierno bolivariano.
Un tercio de los hidrocarburos a nivel mundial se encuentran en ese país, y por esa razón, entre otras, el imperio norteamericano ha desarrollado un conjunto de actividades conspirativas en los últimos diecisiete años para derrocar el gobierno legítimo de Venezuela.
Y tratar de desmeritar la Asamblea Nacional Constituyente que actualmente se realiza en Caracas.
Este organismo del poder popular, según la vigente Constitución, producirá serias transformaciones al Estado venezolano, utilizando todas las experiencias negativas que ha generado la oposición extremista y entreguista en su alianza criminal con EEUU.
Quien gobierna actualmente en Venezuela es la Asamblea Nacional Constituyente, electa mediante elecciones populares masivas el 30 de julio del presente año, y que hará posible la creación de un conjunto de condiciones políticas y jurídicas nuevas que darán al traste con el viejo Estado y abrirán las puertas a un proceso de transición al socialismo que permitirá el afianzamiento de la soberanía y autodeterminación de ese pueblo.
De modo que no nos engañemos en República Dominicana con la discreta y fugaz visita que hizo el promotor de la agenda homosexual de las comunidades LGBT en nuestro país, señor James Brewster.
Este personaje vino a buscar el compromiso del gobierno dominicano contra Venezuela, y creemos que no podrá ser satisfecho, no solamente por la reciedumbre que ha mostrado la diplomacia dominicana en este particular y que tiene que ver con el profundo agradecimiento que tiene República Dominicana hacia Venezuela por los beneficios generados a través de Petrocaribe, sino también por la lealtad que debemos a ese país como consecuencia de la solidaridad y profunda generosidad con que siempre han tratado a los dominicanos en Venezuela, por lo cual la decisión solidaria del gobierno dominicano, deberá mantenerse y no dejarse arrastrar por posturas y acciones que solamente benefician al Pentágono.